¿Las libélulas pican?

Las libélulas, con su aspecto deslumbrante, colores brillantes, comportamiento único, peculiar y maniobras de vuelo espectaculares han capturado la atención humana por muchos siglos. Son insectos fascinantes que pertenecen al orden Odonata y por lo tanto también pueden ser llamados odonatos. El nombre Odonata se deriva de la palabra griega que significa diente y a pesar de que las libélulas no tienen dientes, se les llama así haciendo referencia a sus fuertes mandíbulas que utilizan para crujir a sus presas.

Ahora bien, para responder a la pregunta de si las libélulas pican, la respuesta sería sí, ya que esa es la forma en que capturan y comen su comida. Las libélulas son voraces y se comen a casi cualquier animal al que puedan capturar y masticar. Sin embargo, si la pregunta fuera “¿Las Libélulas pican a los humanos?”, nuevamente la respuesta es sí, pero solamente si se captura una y se sostiene con seguridad en la mano de tal forma que su boca toque la piel.

La mayoría de ellas ni siquiera son capaces de romper la piel, aunque algunas de las más grandes y fuertes pueden hacerlo e infligir un poco de dolor. No son para nada venenosas, las libélulas son insectos inofensivos y nunca pican a las personas de manera espontánea. Lo hacen solo si se ven amenazadas o provocadas. Si lo piensas bien, te darás cuenta de que es una reacción perfectamente razonable y justificable, ya que es sólo un comportamiento natural para protegerse de las amenazas potenciales, un método de defensa. Algunas especies son muy curiosas y se ciernen sobre las personas como si estuvieran inspeccionándolas, pero no causan ningún daño.

Muchas personas tienen miedo de las libélulas pensando que son perjudiciales y amenazantes. Quizás esto se deba a la apariencia que tienen, poseen un abdomen largo y delgado que a menudo se confunde con un aguijón, aunque en realidad solo usan esta parte para el apareamiento y la puesta de huevos. Ellas no tienen aguijón alguno.

Durante años han sido objeto de muchos mitos y folklores en varios países. Estos son evidentes a partir de los apodos comunes con los que se conocen, como picadora de caballo, aguja del diablo, médico de serpientes, bruja del agua, entre otros. El nombre picadora de caballo surgió por la percepción equivocada de que las libélulas pululaban alrededor los caballos y estos pateaban y golpeaban como si estuvieran siendo picados por ellas. De hecho, podría haber sido que las libélulas estaban ayudando a los caballos al comerse los insectos y parásitos que realmente los picaban. El nombre aguja del diablo surgió por la superstición de que buscaban a los niños mentirosos y a los adultos que regañaban o calumniaban para suturar sus ojos, labios y orejas.

Los mitos y leyendas de la libélula varían de este a oeste, en muchas culturas las han simbolizado como el bien y el mal. La ciencia y la tecnología modernas han demostrado que solo son mitos y han admirado su contribución como devorador de mosquitos e indicador de la calidad del agua.

Para concluir, cabe señalar que todos los animales hacen lo posible para protegerse a sí mismos y las libélulas no son una excepción. Aunque son inofensivas para los seres humanos, es aconsejable manejar a las libélulas capturadas con extremo cuidado.