¿Qué comen las libélulas?

Normalmente vemos a las libélulas volando a nuestro y notamos que son hermosas. Pero ¿sabemos de qué se alimentan estas criaturas? Una libélula es un depredador ágil, en su etapa como ninfa y luego adulta, son excelentes cazadores y se alimentan principalmente de otros insectos.

Estas pequeñas criaturas son carnívoras en sus mentes, cuerpos y almas. Pueden comer su propio peso en unos 30 minutos. Desde el momento en que salen de sus huevos en forma de pequeñas ninfas, sus extremidades y la boca anhelan y buscan presas bajo el agua. Son nadadores muy rápidos y se comen casi cualquier cosa que se mueve en o bajo la superficie del agua. Poseen un mecanismo de hiper-impulso que las provee con una velocidad adicional. Para lograr una buena ráfaga de velocidad, expulsan agua de su orificio anal actuando como un sistema de propulsión a chorro, que imposibilita cualquier intento de escape por parte de la presa.

Si crees que esto es espectacular, espera porque eso no es todo. De vez en cuando, la ninfa se aventura fuera del agua para conseguir un aperitivo de la tierra. Esto lo hace con tal indiferencia que al parecer no se podría considerar a la ninfa de libélula como una criatura principalmente acuática, ni como un insecto acuático con branquias.

Como ninfas, las libélulas se comen las larvas de mosquitos, otros insectos acuáticos, gusanos y pequeños vertebrados acuáticos como renacuajos y peces pequeños. Una vez que estén listas para abandonar sus hogares acuáticos, se arrastran sobre la superficie del agua, mudan y derraman su piel antes de volar a los cielos elegantemente. Pero una vez que están en el aire, ¿cambian su dieta? ¡No qué va!

Las libélulas adultas se convierten en soberanas de su territorio y que tratan de demostrárselo a casi todos los insectos que piensan que pueden escapar de esta máquina depredadora. Ellas utilizan la canasta formada por sus patas para atrapar insectos durante el vuelo, como jejenes, moscas de mayo, moscas, mosquitos y otros pequeños insectos voladores. A veces también se comen a las mariposas, polillas y abejas.

La libélula, que tiene muchas veces el tamaño de un mosquito o una mosca, necesita batir sus alas tan sólo 30 veces por minuto en comparación con las 600 veces por minuto de un mosquito y las 1000 de una mosca. Debido a su poder y velocidad, muy pocos insectos pueden salir de sus extremidades una vez que adoptan la forma de cesta para agarrarlos, justo antes de machacarlos en una masa pegajosa con sus poderosas mandíbulas y tragarlos.

De adultas comen casi cualquier cosa que sea comestible y pueda ser capturado. Son un tesoro para la humanidad, ya que mantiene las poblaciones de mosquitos bajo control estricto. Del mismo modo, también se alimentan de hormigas, termitas, mariposas, abejas y tienden a cazar en grupos cuando encuentran grandes colonias de hormigas o termitas.

Son consideradas una plaga por las poblaciones apícolas, ya que pueden acabar con una buena parte de las abejas antes de que puedan darse cuenta de la amenaza. Escribir sobre lo que comen las libélulas hace que uno se pregunte ¿qué sucedería si algunas de las especies de libélulas más antiguas que se han encontrado como fósiles existieran hoy? Estas especies eran insectos carnívoros con una amplitud de dos pies y medio entre las alas. Se alimentaban de otros insectos e incluso de pequeños anfibios, por lo que si estuvieran vivas aun, tendríamos que vigilar constantemente a nuestros animales pequeños para asegurarnos de que no terminaran siendo el almuerzo de una libélula.